"Hasta el momento todos los incendios están apagados", dijo Vershinin a través de un comunicado.
Según los datos del servicio de emergencias local, los incendios que empezaron el pasado 24 de mayo en cinco localidades rusas, dejaron al menos tres personas muertas y destruyeron 138 viviendas donde vivían 620 personas, incluidos 110 niños.
"Para las familias que han quedado sin hogares, fueron organizados cinco centros de estancia temporal para 690 personas", explicó.
Vershinin precisó, además, que fueron elaboradas unas propuestas para reforzar el trabajo encaminado a garantizar la seguridad contra incendios en las localidades afectadas.
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Previamente, el Ministerio regional de Emergencias advirtió del empeoramiento de la situación con los incendios en la región por las altas temperaturas y los fuertes vientos.