26 de mayo 2017, 20:51 GMT
EEUU vuelve a tomar rumbo hacia la ruina de su industria del esquisto. A contrapelo de la OPEP, el país norteamericano bombea cada vez más fuerte, y casi no tiene dónde almacenar tanto.
Al tal punto, que este fue el origen de la última amenaza de Donald Trump, que ya está sobre la mesa: inundar el mercado con la mitad de sus reservas para financiar, entre otras aventuras, su reforma fiscal.
El economista argentino Luis Palma Cané opina que con estas políticas, EEUU entra en un contrasentido, cuyas únicas consecuencias serán reventar el mercado, la consiguiente baja del precio del barril, y finalmente el fracaso de la industria del fracking, que para ser rentable necesita un precio alto por barril.