A causa de su afección, su piel se tornó agrietada y oscura y a primera vista parece que haya sufrido quemaduras severas. Además, sus ojos sobresalen más de lo normal y muchos creyeron que había sufrido una posesión.
La dura historia de Antonio también está marcada por la marcha de su madre, que lo abandonó cuando tenía 12 años. A partir de aquel momento, fue su abuela quien se hizo cargo de él, ya que su padre se había separado de su madre poco antes de su nacimiento.
Antonio dejó de salir de casa porque la gente no paraba de burlarse de él, y los problemas, con los años, no hicieron más que crecer debido a un empeoramiento en su estado de salud. En los últimos tiempos, Antonio ha empezado también a tener problemas de visión a causa de la enfermedad.
En breve Antonio abandonará por primera vez su pueblo para ser atendido por un equipo de médicos gracias a que una cadena filipina se hizo eco de su caso.
Aunque es poco probable que los especialistas sean capaces de curar su dolencia, sí que pueden hacerle la vida más fácil y aliviar sus dolores con una crema especial para hidratar su piel agrietada.