"Para diferenciar las señales útiles de las imperfecciones [cuando se hace una resonancia magnética], los médicos repiten el escaneo muchas veces. Pero con esta nueva placa metálica ya no sería necesario. Si actualmente en hacer este tipo de exámenes los médicos tardan unos 20 minutos, en el futuro a los médicos les bastarían 10. Si hoy en día un hospital puede atender a diez pacientes al día, en el futuro con este escáner podrían atender a 20", explica Alexéi Slobozhanyuk, físico en la Universidad ITMO de San Petersburgo.
Estas placas flexibles, explican los científicos, deben colocarse al lado de los imanes superconductores del escáner donde reposa el cuerpo del paciente durante el examen médico. Esto reduce el nivel de imperfecciones en la imagen y el nivel de píxeles en los resultados mediante tomografía.
Ahora estos físicos rusos y sus colegas extranjeros pretenden continuar con su investigación en Leiden y en San Petersburgo. Quieren convertir el laboratorio de radiofísica aplicada de la Universidad de ITMO en un centro de investigación y desarrollo, equiparlo con instrumentos modernos y atraer a jóvenes especialistas para crear prototipos de este aparato y comenzarlos a utilizar en el ámbito clínico.