"Estoy seguro de que tarde o temprano la OTAN entenderá que los planes de reforzar la seguridad sin Rusia, y, sobre todo, en su contra, son inviables y contraproducentes", dijo en una entrevista concedida al diario Rossiyskaya Gazeta.
"Hoy para hacer frente de manera eficiente a los retos y las amenazas comunes, es necesario en condiciones de igualdad reunir los esfuerzos, superar los desacuerdos en vez de 'dar portazos'", subrayó.
Recordó que la Alianza decidió suspender todos los proyectos de cooperación práctica con Rusia, aunque se desarrollaban con éxito antes de 2014.
En particular, indicó, se trata de la lucha contra el terrorismo en Afganistán.
Otros ejemplos que puso incluyen la iniciativa conjunta en el espacio aéreo que permitía intercambiar la información sobre los aviones sospechosos de ser tomados por los terroristas, la lucha contra la piratería.
"Muchos en la Alianza entienden que su decisión precipitada y exclusivamente politizada afecta sus propios intereses, pero ponen la anunciada imposibilidad de volver al trabajo de modo habitual por encima de las necesidades reales", agregó.
Indicó también que la OTAN no está dispuesta todavía a "volver a los proyectos conjuntos", tampoco a "profundizar el diálogo".
Al mismo tiempo, Grushkó añadió que los despliegues de los contingentes de la OTAN en Europa "no solo amenazan a la seguridad europea, sino también socavan la seguridad de los mismos miembros de la Alianza" y "provocan una carrera armamentista".
Durante la cumbre de la OTAN celebrada en julio de 2016 en Varsovia, la Alianza aprobó un incremento sin precedentes de su presencia militar en el este de Europa al decidir emplazar cuatro batallones multinacionales –de 600 a 1.000 militares cada uno– en Estonia, Letonia, Lituania y Polonia.
La OTAN explica que el envío de los batallones se debe a la "preocupación por las acciones agresivas de Rusia".
Paralelamente, la Alianza sigue desplegando armas antimisiles de EEUU en Europa.
En mayo de 2016 entró en servicio el sistema estadounidense Aegis Ashore –parte del escudo antimisiles de la OTAN– en la base de Deveselu, en Rumanía, a unos 600 kilómetros al oeste de la península rusa de Crimea.
"Tenemos todas las fundamentaciones para considerarlo un intento de ejercer una presión militar y política sobre nosotros", destacó Grushkó.
Aseguró que Rusia tomará "todas las medidas necesarias para garantizar su seguridad" de cara a estos despliegues.
En abril de 2014 la Alianza congeló unilateralmente la colaboración con Rusia con la crisis ucraniana como telón de fondo.