En un artículo publicado en The Washington Post, de cara a la visita del presidente turco Recep Tayyip Erdogan a EEUU, Gulen destaca que "la reunión de este martes (en la Casa Blanca) y la cumbre de la OTAN la próxima semana deberían aprovecharse como una oportunidad para hacer un esfuerzo en este sentido".
En su artículo, el teólogo vuelve a acusar a Erdogan de autoritarismo.
"La Turquía que una vez conocí como un país esperanzador en el camino hacia la consolidación de la democracia y una forma moderada de secularismo se ha convertido en el dominio de un presidente que está haciendo lo posible para acumular poderes y subyugar la disidencia", escribe Gulen.
El estado de emergencia "provisional" declarado después del golpe sigue vigente y, según Amnistía Internacional, un tercio de todos los periodistas encarcelados en el mundo se encuentran en prisiones turcas, señala Gulen.
Lea más: Gulen: "El golpe en Turquía pudo haber sido fingido"
Tras el referéndum de abril pasado y la aprobación de enmiendas constitucionales que cambian el modelo parlamentario por el de presidencia ejecutiva, el pueblo turco "entra en una nueva etapa de autoritarismo", según él.
"Una Turquía bajo un régimen dictatorial, que proporciona refugio a los radicales violentos y empuja a sus ciudadanos kurdos hacia la desesperación, sería una pesadilla para la seguridad en el Medio Oriente", advierte Gulen.
El teólogo, que vive autoexiliado en Pensilvania desde 1999 y en cuya extradición insiste Ankara, recuerda en el artículo que condenó la asonada del 15 de julio en términos categóricos, negó toda implicación y dejó claro que los golpistas traicionan sus ideales.
Para el Gobierno turco, sin embargo, el movimiento Gulenista Hizmet (Servicio) es "organización terrorista de Fethullah" (FETO) o "Estado paralelo" detrás del fallido golpe que se saldó con 240 muertos, sin contar a los amotinados, y casi 2.200 heridos.