Esta inflación subyacente, que no incluye los precios de los productos energéticos ni de los alimentos no elaborados, se debe a la subida en más de tres puntos de la tasa del grupo de ocio y cultura, hasta el 3,4%, motivada por el mayor coste de los paquetes turísticos.
También es significativo el incremento en más de un punto de la tasa de vivienda, hasta el 5,4%, causada por la estabilidad de los precios de la electricidad y el encarecimiento del gas, frente a las bajadas de abril de 2016.
Con esta subida, los precios de consumo encadenan ocho meses al alza.
En términos mensuales, el IPC se incrementó un 1%, por encima de las subidas experimentadas en abril de años anteriores.
También influyó en el aumento del IPC interanual el grupo de hoteles, cafés y restaurantes, que elevó ocho décimas su tasa, hasta el 2%, por el incremento de precios en los servicios de alojamiento derivados de la celebración de la Semana Santa y la llegada del turismo.
Frente a esto se moderaron los precios de vestido y el transporte, mientras que bajaron los de los de alimentos y bebidas no alcohólicas por el abaratamiento de las frutas frescas.