"Hemos observado por primera vez cómo interactúan la arena, el viento y la contaminación del aire asociada a las actividades humanas. Resultó que la arena del desierto de Gobi influye en la calidad del aire inhalado por cientos de millones de personas", indicó el investigador Yang Yang, de la Universidad de California en San Diego, EEUU.
Según declaró Yang, la aparición de esmog en China está vinculada con la arena y las partículas de polvo llevadas por vientos dominantes desde el desierto de Gobi a la región. El polvo influye en las diferencias de las temperaturas de la superficie de la tierra y del agua cerca de las costas chinas, lo que lleva al mayor calentamiento del suelo y el enfriamiento de las aguas del océano. De este modo, las velocidades de viento en China se ralentizan a unos 0,06 metros por segundo. Esto, a su vez, conduce a una mayor concentración de partículas en el aire, lo que genera el esmog.
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De acuerdo con los investigadores, el reciente estudio demuestra que la actividad humana no constituye la razón principal de los problemas ambientales en la Tierra. Según los científicos, también se debe tener en cuenta el factor natural.
Pekín se considera una de las ciudades más contaminadas de China y del planeta, debido, en parte, a un aumento alarmante del número de automóviles —hasta 17 millones— en la capital china en los últimos 15 años.