El corresponsal del periódico Komsomolskaya Pravda, Alexandr Kots, ha aclarado los detalles de la épica batalla de 16 rusos contra 300 yihadistas.
"Siempre me ha llamado la atención la modestia con la que los héroes reales hablan de sus hazañas. Nada especial, solo trabajo", comienza el periodista en su reportaje.
"Estábamos recibiendo información de que en uno de los distritos de la provincia de Alepo, en Siria, había frecuentes ataques de los yihadistas del Frente Fatah al Sham —organización terrorista prohibida en Rusia y otros países— contra las posiciones defensivas de las fuerzas gubernamentales", relata el teniente coronel Evgueni.
El grupo de Fuerzas Especiales de 16 personas se encontraba cerca de la línea del frente. Estaban analizando dónde se ubicaban los edificios con terroristas, sus vehículos blindados, los depósitos de municiones y sus rutas de movimiento. Toda la información la estaban transfiriendo inmediatamente a la sede central para dirigir los ataques aéreos. Con la ayuda de los aviones rusos lograron destruir tres tanques, una batería de lanzacohetes múltiple, lanzagranadas caseros y dos almacenes de los terroristas.
"En general, el trabajo estaba siendo fructífero, pero una mañana se agudizó la situación. Empezó un bombardeo masivo de nuestras posiciones con ayuda de las instalaciones Grad, morteros, artillería y bombardeos desde los tanques", recuerda Evgueni.
"Para que quede claro, frente al vehículo iba una excavadora cubierta con tres o cuatro capas de láminas de acero, entre las cuales había arena", expone Román. Es muy difícil hacer explotar un coche así, pero lo hicieron gracias a los misiles antitanque 9M133 Kornet.
"Ya conocemos su psicología, sabemos que se cansan de atacar. Teníamos confianza en nuestras propias capacidades. Nuestro emplazamiento nos permitía mantener la defensa. Atacar es mucho más difícil, por lo que los terroristas estaban en una situación sin salida", asegura Daniil. A su juicio, si los militares rusos se hubieran retirado, los yihadistas habrían tomado las alturas clave y habrían causado más pérdidas a las tropas sirias. "Era la única decisión posible en aquellas condiciones", concluye el militar.