"El mundo está detrás de Somalia", afirmó el presidente somalí, Mohamed Abdullahi Farmajo, en la conferencia de prensa que clausuró el encuentro de Lancaster House.
"La conferencia ha tenido un éxito innegable", añadió el tercer copresidente del evento, el secretario general de la ONU, António Guterres.
El compromiso con Somalia acordado en Londres apunta a paliar los efectos de la sequía y evitar la repetición de la hambruna que se cobró 260.000 vidas en 2012.
Por otra parte, los distintos países contribuirán en la aplicación del plan nacional de formación de soldados y agentes de policía somalíes con vistas al gradual traspaso de funciones y mandos de AMISOM (las tropas de la Misión de la Unión Africana) a partir de 2018.
"Sin equipos sofisticados y modernos, la guerra puede prolongarse otros diez años", dijo tras recordar la vigente amenaza terrorista islamista de Al Shabab.
El comunicado final también ratifica el respaldo internacional a la "Nueva Alianza para Somalia", heredera del programa New Deal de la Unión Europea pero adaptada a la estructura federal y a los planes nacionales en seguridad, reforma política y recuperación económica.
Johnson convocó una nueva reunión en Londres en el otoño para tomar el pulso del progreso en la implementación de los compromisos adquiridos por ambas partes.