Sin embargo, Rusia y Estados Unidos están de acuerdo en que la legitimidad de esta operación es más que controvertida. Mientras que Washington afirma que "siente preocupación" y define estas acciones militares como una "interferencia inaceptable", Moscú también ha reaccionado de manera bastante dura.
De acuerdo con la representante oficial del Ministerio de Exteriores ruso, María Zajárova, "hay razones para creer que, sin el precipitado ataque estadounidense sobre el aeródromo sirio de Shairat, que se llevó a cabo fuera del marco del derecho internacional, no habría ataques turcos en la actualidad". Zajárova también anunció su "profunda preocupación por las acciones de Ankara".
El analista destacó la importancia de la colaboración entre Turquía, EEUU y Rusia en la lucha antiterrorista. "Todas las partes deben ser amistosas respecto a Turquía, ya que la cooperación con Ankara contribuirá a la estabilidad regional. Washington y Moscú deben proporcionar más apoyo a Turquía, que es uno de los países más fuertes en la región. El país otomano no puede ser un enemigo para Rusia y EEUU", profundizó Duman.
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El vicepresidente del Partido Republicano Popular, Ozturk Yilmaz, aseguró en una entrevista con Sputnik que la operación en Sinyar no tendrá un impacto negativo sobre las relaciones ruso-turcas.
"En vista de que nosotros, como formación política, consideramos de gran importancia estas relaciones, no creemos que Rusia pueda tomar una línea más dura contra Turquía debido a lo ocurrido en Sinyar. Nuestra relación es más cercana que nunca. Por eso, así como Ankara respeta los asuntos sensibles para Moscú, Rusia debería prestar atención a los temas sensibles para Turquía", dijo Yilmaz.