Según opinan varios expertos, Pekín va adquiriendo de este modo experiencia para fabricar portaviones de ataque de nueva generación. El analista militar Alexéi Krivopálov explicó algunas razones de esta estrategia en su artículo para la agencia Ridus.
Necesidad geopolítica
A largo plazo, Pekín va a aumentar el papel de la flota en la defensa nacional del país. Según Krivopálov, China pretende excluir la posibilidad del uso de sus aguas territoriales como teatro de operaciones. Además de esto, el gigante asiático desea controlar las zonas costeras, puesto que la disponibilidad de aguas seguras simplifica considerablemente el despliegue de submarinos de crucero en la región.
Protegiendo las costas
Además de los sistemas antimisiles desplegados en las costas chinas, Pekín también cuenta con numerosos aviones en 39 aeródromos militares. Por su parte, los portaviones chinos y las aeronaves militares serán capaces de aumentar la resistencia y las posibilidades de combate de la llamada 'flota mosquito'. Actualmente, la resistencia a la Armada de EEUU tiene carácter secundario, de modo que los viajes marítimos se realizan con fines de entrenamiento y para 'mostrar músculo militar'.
Experiencia soviética para las futuras tecnologías chinas
Para el 2015, la Armada del Ejército Popular de Liberación de China contaba con 21 lanzaminas, 56 fragatas, cuatro portahelicópteros y 107 buques de desembarco de diferentes tipos.
La cantidad exacta de submarinos de este país asiático se desconoce. Según el informe de The Military Balance publicado por el Instituto Internacional de Estudios Estratégicos (IISS, por sus siglas en inglés), el gigante asiático dispone de 61 submarinos, cinco de ellos nucleares, mientras que el Pentágono eleva la cantidad al menos a 70.
Al mismo tiempo, el nivel técnico y militar de las naves chinas es inferior al de sus análogas occidentales. Para revertir la situación, los ingenieros y constructores chinos tomaron como referencia los planos del portaviones soviético para ser capaces de diseñar posteriormente su propia versión avanzada del buque del proyecto 1143.6.
Los riesgos que enfrenta China
El crucero soviético Almirante Kuznetsov no cuenta con una catapulta de vapor, necesaria para lanzar aviones desde el borde de la nave. Este hecho excluye la presencia de las aeronaves pesadas de alerta temprana que no son capaces de despegar desde el trampolín.
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Además, no cuenta con el desplazamiento de agua suficiente. Sin embargo, los fabricantes chinos carecen de experiencia y tecnologías para renovar el proyecto de manera tan radical.
El futuro de la flota china
Según subrayó el analista, China no planea convertirse en una potencia marítima semejante a EEUU y entrar en una carrera armamentística en el mar, puesto que prácticamente no tiene ninguna oportunidad contra Washington. De este modo, los portaviones chinos Liaonin y Shandong —a pesar de tener algunas deficiencias— son solo los primeros pasos de un largo camino.