Entre otras localizaciones, las Fuerzas Armadas de Ucrania están llevando a cabo ejercicios en la frontera con Rusia, concretamente con la península de Crimea.
Por otra parte, el jefe de la administración militar y civil de Donetsk —controlada por Kiev—, Pável Zhebrivski, declaró que la región rusa de Rostov debe ser "devuelta" a Ucrania, así como las regiones de Kursk, Briansk, Vorónezh y Krasnodar.
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El Ejército ucraniano cuenta en 2017 con un presupuesto récord de 2.000 millones de dólares.
¿Qué hay detrás de esta fuerte militarización?
"Está claro que esta 'fiebre primaveral' es, en gran medida, sobreactuada, y está destinada a enmascarar los problemas económicos de Kiev", opinó Jrolenko.
Con el reconocimiento de que Rusia no es un país agresor, que la adhesión de Crimea fue legal y que el conflicto en Donbás es en realidad una guerra civil, los flujos de ayuda occidental hacia Kiev se detendrán inmediatamente, subrayó el columnista.
"Asimismo, solo es posible que se mantenga el equilibrio entre el poder y la ciudadanía en un ambiente de psicosis militarista", subrayó.
La Duma Estatal —Camára Baja del Parlamento ruso—, por su parte, aconsejó a Lupakov y sus seguidores que no se burlaran de la Flota del Mar Negro.
"Hoy en día, estos ciudadanos definen el rostro de Ucrania en el mundo. Sin embargo, no hay que exagerar el papel de las provocadoras ideas de los nacionalistas. Las decisiones las toma otra gente, que es la que determina la agenda política de Kiev", concluyó Jrolenko.