Los estudios que versan sobre diversos estilos de vida —desde la holgazanería hasta la gula— demuestran que las costumbres, ya sean buenas o malas, se comportan como los virus. Sin embargo, esta es la primera investigación que analiza rigurosamente y a gran escala el 'efecto contagio' de los ejercicios.
Usando los datos de una página web extraídos de los relojes para 'fitness' de los corredores, los investigadores analizaron la distancia, la velocidad y el tiempo total empleado en el 'jogging'. Los atletas cubrieron 350 millones de kilómetros en cinco años.
Pero, ¿cómo se puede medir si los 'amigos' en las redes sociales tienen influencia en una persona?
Primero, los científicos tuvieron que seleccionar los efectos mixtos, como la propensión a correr más los fines de semana. Así, la climatología formó parte de su experimento, y les permitió entender que el buen tiempo contribuye a que la gente salga más a correr.
Los investigadores descubrieron que, como quienes viven en ciudades con buen clima van a correr durante espacios de tiempo más prolongados, sus amigos de otras localidades quisieron imitarlos extendiendo el recorrido, aumentando la distancia y el tiempo y quemando, lógicamente, más calorías.
Algunos de esos ejercicios, según queda patente en los análisis, se deben a la influencia social, escriben los investigadores en la revista Nature Communications. Resulta que las ganas de hacer deporte son 'contagiosas'.
Según los investigadores, los hombres son más sugestionables que las mujeres: estos resultaron fuertemente influenciados por sus amigos varones y de forma moderada por las féminas, mientras que las mujeres quedaron influidas levemente por otras amigas y solo ligeramente por los hombres.
Los corredores menos activos, no obstante, también tuvieron una enorme influencia en los otros.
