"El país pasa por una transición nutricional, hemos pasado de la desnutrición a estar entre los países que presentan altas tasas de obesidad", explicó el ministro Ricardo Barros al presentar los datos.
Los responsables del ministerio remarcaron en rueda de prensa que el fenómeno de la obesidad es multifactorial y que a pesar de los esfuerzos ningún país consiguió reducirla o detenerla, por lo que Brasil se propone el objetivo "osado" de mantener los actuales porcentajes hasta 2019.
Entre las buenas noticias que aporta el informe está la reducción en el consumo de refrescos azucarados, que pasó de estar en los hábitos alimenticios de 30,9% de la población en 2007 a 16,5% en 2016.
Como contrapunto a estos datos las autoridades de la salud detectaron un aumento en el consumo de alcohol, que en diez años pasó de 15,7 a 19,1%, un crecimiento que se da sobre todo por la mayor cantidad de alcohol consumido por mujeres en la última década.
La obesidad y el exceso de peso se calculan a partir del Índice de Masa Corporal, que divide el peso por la altura al cuadrado de la persona: si el resultado es igual o mayor a 25 se considera que hay exceso de peso y si la cifra supera el 30, obesidad.