"Resulta cada vez más urgente una conciliación y concertación de posiciones de las fuerzas amantes de la paz para crear un gran frente que evite el despeñadero del mundo hacia la irracionalidad, como al parecer propone la actual administración estadounidense", dijo Pérez.
Pese a las deficiencias de los foros multilaterales, existe un orden internacional que respeta las leyes y se preocupa por la soberanía, y "estos bombardeos se realizaron de una forma desfachatada", observó.
Los sectores militares de Washington lanzaron misiles contra un país soberano, más allá de la lucha contra el terrorismo, el tema de las armas de exterminio en masa o un supuesto ataque químico no verificado del que se pretende culpar al Gobierno de Bashar Asad, observó.
"El empleo de armas químicas es condenable, pero, como hemos visto, los problemas internos que encara la administración de Donald Trump están volcando a ese Ejecutivo hacia una mayor agresividad en política exterior, lo cual resulta un precedente muy peligroso", razonó.
"Esas demostraciones de fuerza no son solo contra Afganistán o Siria, sino que van dirigidas contra el resto de los actores de la comunidad mundial, lo cual prácticamente demuestra que no preocupa a Washington el derecho internacional, el respeto a la soberanía ni la solución pacífica de los diferendos", sentenció.
En su opinión, resultaría muy peligrosa la instauración de acciones de política exterior mediante golpes de exhibicionismo mediático.
"Sin embargo, EEUU no ha podido resolver los problemas de Siria, ni la guerra de Afganistán, en la cual ha estado enfrascado desde 2001", observó.
Pérez recordó que el mundo ha cambiado desde la presidencia de George W. Bush (2001-2009), cuando Washington obtuvo una gran legitimidad tras los ataques y destrucción de las torres gemelas del World Trade Center y el edificio del Pentágono, reivindicados por la red extremista Al Qaeda.
"Los ocho años de mandato de Bush concluyeron con un fiasco en la política exterior de esa nación, pues se empantanó en Iraq y en Afganistán, y es evidente que ha perdido poder real desde el punto de vista militar, político y económico", observó.
Al referirse a los países bombardeados y sus dificultades, el analista puso en duda que Washington tenga un plan de acciones estratégicas para resolverlas.
Pese a todas las promesas de ruptura con lo anterior durante la campaña electoral, la administración Trump mantiene los mismos objetivos de política exterior que el Ejecutivo de Barack Obama (2009-2017).
"Otra cosa sucede con los instrumentos de esa política, en la cual Trump está marcando la diferencia", aclaró el especialista.
Pérez reiteró que "más allá de lo que pueda pasar en términos del involucramiento estadounidense en Siria sin la autorización de Damasco, o en Afganistán, está comprobado que los cohetes y las bombas no resuelven problemas estructurales existentes desde hace mucho tiempo".
"Habrá que ver cuáles son las lecturas que los propios gobernantes estadounidenses hagan de si pudieron efectuar estos golpes sin costo alguno", concluyó el politólogo del Centro de Investigaciones de Política Internacional de Cuba.