"Gracias a la aparición en consultas médicas femeninas y hospitales de maternidad de 1.500 despachos y centros de ayuda psicológica y médico-social a mujeres embarazadas en situaciones difíciles, solo en 2016 la cifra de abortos bajó en 58.000, o en un 8%", dijo la titular, agregando que en "cinco años hubo 250.000 intervenciones menos, o un 25%" menos de casos de interrupciones de embarazo.
Rusia fue el primer país en el mundo que legalizó el aborto en 1920, aunque años más tarde, después de la II Guerra Mundial, la interrupción voluntaria del embarazo volvió a proscribirse como medida para lograr un aumento de la población.
En años posteriores a la desintegración de la Unión Soviética, el número de abortos llegó a superar la cifra de natalidad, así, por ejemplo, en 2004, unos 1,6 millones de mujeres rusas optaron por el aborto frente a 1,5 millones que decidieron dar a luz.
El pasado año el patriarca de Moscú y Toda Rusia Kiril también exhortó al Parlamento ruso a suprimir los abortos del sistema de seguridad social obligatoria.
En muchas ciudades de Rusia se organizan programas de apoyo a las mujeres embarazadas que se encuentran en situaciones difíciles y servicios de persuasión de embarazadas que acuden a las consultas ginecológicas para que renuncien al aborto.
Por otra parte, más de la mitad de los rusos (59%) opina que el Gobierno no debe influir de ninguna manera en las decisiones de los ciudadanos en el ámbito de planificación de la familia y el aborto, según reveló una encuesta publicada recientemente por el Centro Levada.