"EEUU no debe alegrarse de que algunos reyes o dirigentes hayan apoyado semejante agresión porque solo temen por sí mismos", dijo a Sputnik.
Miqdad subrayó que Damasco hace caso omiso a la postura de estos estados.
"No vemos valiosas estas declaraciones ya que no reflejan la opinión de los pueblos, sino que la opinión de los regímenes cuyo destino depende del apoyo estadounidense", dijo.
El ataque fue una represalia al uso de sustancias tóxicas en la ciudad de Jan Sheijun, provincia de Idlib, del que Washington culpa a Damasco.
Según EEUU, los aviones sirios habían salido de la base de Shairat para bombardear Jan Sheijun.
El Gobierno de Siria niega toda implicación en el incidente que, según la Organización Mundial de la Salud causó 84 muertos y 545 intoxicados el 4 de abril.