A las 14.30 (hora local) empezó la tradicional procesión de este día que marca el inicio de la Semana Santa. Los peregrinos se congregan en la iglesia de Betfagé, en el Monte de los Olivos, levantada donde la tradición indica que Jesús se montó en el asno que lo llevaría monte abajo hasta la ciudad.
La procesión transcurrió en un ambiente festivo, con cánticos religiosos en diversos idiomas. Grupos de iglesias, familias, jóvenes, extranjeros, todos enarbolando hojas de palma o ramas de olivo, recorrieron los casi dos kilómetros que separan Betfagé de la iglesia de Santa Ana, ya dentro de la Ciudad Vieja amurallada, donde acaba la procesión cada año.
Palm Sunday: the start Holy Week. We follow Jesus rejoicing down the streets of Jerusalem. Make this a holy week of reflection & meditation pic.twitter.com/rGGnxoukBO
— Father Solanus Casey (@FrSolanusCasey) 9 апреля 2017 г.
El evento religioso se convierte siempre en un acto reivindicativo de los palestinos que protestan contra la ocupación de sus territorios por parte de Israel.
Este año, los palestinos cristianos quisieron recordar que en junio se cumplirán 50 años de la ocupación del este de Jerusalén, Cisjordania y Gaza (que no está ocupada desde septiembre del 2005, pero está bajo bloqueo).
"Este día es muy bonito y este año es simbólico porque recordamos los 50 años de la ocupación", explicó a Sputnik Omar, un palestino cristiano ortodoxo de Jerusalén que participó en la procesión con una gran pancarta que recordaba la ocupación de los territorios palestinos.
"Cuando Jesús entró desde el Monte de los Olivos en Jerusalén, la ciudad también estaba bajo ocupación, la de los romanos. La gente, en ese momento dijo "Hosana, sálvanos, Señor" y nosotros decimos lo mismo. Jesús dijo "he venido a liberar a los cautivos". Nosotros somos los cautivos y pedimos al Señor que nos libere", señaló Omar.
Él y su amiga Ranaan lamentaron que algunos de sus familiares que viven en Cisjordania no obtuvieron permiso de Israel para entrar en Jerusalén hoy con motivo de las celebraciones del Domingo de Ramos.
Las autoridades israelíes aseguraron que dieron centenares de permisos a palestinos de Cisjordania y Gaza, pero muchas familias se quejaron de no haber recibido ninguno o de haberlos obtenido solo para algunos miembros.
"Israel ha construido un muro que divide a la gente que quiere venir y rezar y ser parte de Jerusalén", subrayó Omar.
A su lado Ranaan sostenía una bandera palestina. En la procesión se vieron muchas, a pesar de la presencia de la policía israelí y la guardia de fronteras. El Domingo de Ramos es uno de los pocos días en que los palestinos de Jerusalén pueden exhibir la bandera palestina con tranquilidad y sin miedo a que los arresten.
"Los cristianos de Jerusalén estamos como el resto de palestinos, vivimos bajo ocupación, sufrimos de la falta de libertad y todas las injusticias que sufre el pueblo palestino. Rezamos para que este año sea el del jubileo, para que Dios nos libere porque no creemos que nuestros líderes políticos y la comunidad internacional lo hagan", añadió Omar.
Los actos religiosos y festivos de hoy en Jerusalén acabaron sin incidentes graves, aunque cerca de la muralla de la Ciudad Vieja hubo un pequeño altercado entre un grupo de cristianos y la policía.
Las medidas de seguridad este año se han reforzado porque coinciden las festividades en los calendarios juliano y gregoriano y, por tanto, la Pascua de ortodoxos y católicos, además de la judía —Pésaj— que empieza mañana.
Jerusalén se ha llenado de peregrinos de todas las confesiones que quieren vivir estos días en la ciudad santa.
"La procesión ha sido genial, maravillosa, estoy muy, muy contenta. Es la primera vez que estoy aquí, hemos visitados muchos lugares santos y estoy muy satisfecha", comentó a Sputnik Marcelline, una señora luterana de Madagascar, residente en Francia, que asistió a la procesión.
