Cabe mencionar que la captura de ballenas con fines de investigación está contemplada como excepción a la prohibición internacional de 1986, vinculada a la caza comercial. De modo que, gracias a ese vericueto legal, este tipo de actividades están amparadas por la ley.
"Japón mata ballenas sin ninguna necesidad cada año. Es obsceno y cruel asesinar en nombre de la ciencia. Esto debe acabar", manifestó Kitty Block, vicepresidenta ejecutiva de Humane Society International, una organización protectora de animales.
Existen varias denuncias de la Comisión Ballenera Internacional relativas al incumplimiento de las normas por parte de Japón respecto a la protección de las aguas de la Antártida. A su vez, el Tribunal Internacional de Justicia declaró que este programa debe detenerse, pues carece de carácter científico. Ante esta situación, el país asiático realizó una investigación 'no letal de ballenas' en el 2015 y revisó su programa en el 2016, reduciendo a un tercio la cantidad de cetáceos capturados.