La petición de restringir la actividad del 'Centro administrativo de los Testigos de Jehová', la entidad jurídica que controla el trabajo de numerosas delegaciones de esta agrupación en Rusia, será evaluada por el Tribunal Supremo del país eslavo el próximo 5 de abril.
La opinión de los 'testigos'
Mientras tanto, los que se oponen a la decisión, en su mayoría adeptos de esta corriente religiosa, se muestran asustados por la medida y afirman sentirse perseguidos por el Gobierno.
"Para 175.000 de los seguidores de nuestra religión llega probablemente el momento más alarmante de su vida. Si el Ministerio de Justicia se sale con la suya, los creyentes podrán ser castigados a penas de hasta 10 años de prisión", aseguró Vasili Kalin, presidente del 'Centro administrativo de los Testigos de Jehová' en Rusia.
Los peligros de las sectas
Aclarar si un determinado grupo religioso es o no extremista es trabajo de los tribunales, pero "no hay duda de que los Testigos de Jehová son una secta de carácter totalitario", explicó a Sputnik Alexandr Dvorkin, profesor y experto en religión.
"Ejercen un control rígido sobre los miembros de su comunidad, que llega hasta la limitación de sus derechos civiles y la regulación estricta de su vida cotidiana, además, recurren al engaño a la hora de reclutar a nuevos miembros", precisó.
Finalmente, la organización puede ser directamente peligrosa para sus propios adeptos, por ejemplo, debido a la prohibición de realizar o recibir transfusiones de sangre.
Además, la prohibición de participar de cualquier modo en unas elecciones es una infracción de los derechos recogidos por la Constitución rusa, continuó.
"Por supuesto, esto [la participación en estas actividades] depende de una decisión libre de cada cual, pero si una organización lo prohíbe deliberadamente, no puede gozarse de unas condiciones privilegiadas [otorgadas por el estatus oficial de entidad religiosa en Rusia]", concluyó Andréi Dvorkin.
Una decisión controvertida
Por una parte, intentar regular asuntos religiosos mediante prohibiciones es una tendencia poco agradable, subrayó Andréi Desnitski, especialista en ciencias bíblicas.
"Hoy empiezan con los Testigos de Jehová y mañana podría ser que a los funcionarios no les gustaran las predicaciones de corrientes más numerosas, como los bautistas o pentecostales", se preocupó el experto, que resaltó que es sumamente difícil encontrar criterios objetivos para trazar líneas rojas en el tema de los movimientos religiosos.
Por otra parte, los Testigos de Jehová se oponen a muchos aspectos del funcionamiento de un Estado, como los procesos electorales o el servicio militar, y promueven sus creencias de manera muy activa, lo que en su conjunto "genera la frustración del Estado, ya sea ruso o cualquier otro", admitió Desnitski.
El futuro en caso de suspensión
En términos legales, la suspensión de la organización central de los Testigos de Jehová no equivale a la prohibición de la religión, dado que podrá seguir siendo profesada sin restricciones.
Al mismo tiempo, la falta de un 'centro' o una 'sede' de la religión como entidad jurídica supondría un golpe para esta comunidad, comentó Iván Belenko, representante del 'Centro administrativo de los Testigos de Jehová' en Rusia.