El trabajo, coordinado por Cristian Tomasetti y Bert Volgestein, de la Universidad Johns Hopkins de Baltimore (EEUU), se ha basado en datos epidemiológicos de medio planeta.
Según Tomasetti, "debemos evitar factores ambientales como fumar para reducir el riesgo de cáncer; pero es menos conocido que, cada vez que una célula normal se divide y duplica su ADN para generar dos células nuevas, comete múltiples errores".
"Esos errores de copiado", según el especialista, "son una fuente poderosa de mutaciones del cáncer que, históricamente, se ha infravalorado, y nuestro nuevo trabajo aporta la estimación de la fracción de mutaciones causada por ellos", afirmó, en declaraciones recogidas por El País.
El nuevo hallazgo pone el foco en la importancia de la detección precoz, dado que si el azar explica el diagnóstico de dos de cada tres cánceres, es necesario estar atentos a los posibles pacientes sean cuales sean sus hábitos de vida y su predisposición genética.