1. Fumar. A día de hoy no se puede encender un cigarrillo casi en ningún sitio público en la mayoría de los países. Cuesta creer que estaba totalmente aceptado fumar a bordo hasta 1990. Aunque las aeronaves estaban divididas en secciones de fumadores y no fumadores, el olor a cigarrillo impregnaba todo el pasaje.
2. Tomar tanto alcohol como quisieras. Sí, en nuestros días es posible pedir un vaso de vino o de cerveza en vuelos que no son 'low-cost', pero con uno solo vas servido. En la década de los 60, el alcohol se suministraba de manera libre como un remedio contra el miedo a volar. Tras tomar varias copas, los pasajeros, por regla general, se dormían y no molestaban más.
3. Discriminación a mujeres. Los requisitos para las auxiliares de vuelo en la década de los 70 harían fruncir el ceño a cualquier feminista de hoy. Las chicas que querían trabajar como azafatas de vuelo tenían que ser solteras, con edades comprendidas entre los 21 y 27 años, con una "figura bien proporcionada" y una "apariencia agradable". Además, solo podían ser aceptadas por las aerolíneas por un plazo máximo de 10 años.
5. Visitar a los pilotos en la cabina. Cualquier pasajero podía acceder a la cabina para saludar al piloto y preguntarle si el vuelo estaba yendo bien. Ahora, la puerta del 'santuario' de los pilotos está cerrada para personas ajenas.
6. Llevar una botella de champú grande. O de agua. O un tubo de pasta dentífrica o desodorante del tamaño que necesitaras, y no limitado a los 100 mililitros. Esa era otra de las ventajas de aquellos años.
7. Llevar un cuchillo. Por si te apetecía tallar algo de madera mientras volabas.
8. Llegar menos de una hora antes del vuelo, ya que no había un control de pasaportes ni de equipaje tan minucioso como el de hoy.