Los científicos observaron, con la ayuda de tomografía por resonancia magnética, las reacciones cerebrales de 24 personas al intentar encontrar una dirección en un modelo virtual de Soho, un barrio londinense. Los usuarios tenían que encontrar el lugar indicado, primeramente, sin el uso de navegadores y, luego, con la ayuda de los dispositivos tecnológicos.
Los resultados del estudio, publicado en la revista científica Nature Communications, muestran que al intentar encontrar la dirección sin la ayuda de la tecnología de navegación, el hipocampo y la corteza prefrontal se ponían más activos en el cerebro de los participantes. Al utilizar los navegadores, estas áreas cerebrales quedaban inactivas.
Los responsables de la investigación consideran, sin embargo, que este fenómeno tiene un lado positivo. Al librar al cerebro de la tarea de encontrar una ruta, las personas pueden utilizar los recursos mentales para otros fines, consideró el grupo de expertos.