"Condenamos la nueva atrocidad de los terroristas, sin duda vinculada con la tercera reunión internacional sobre Siria en Astaná", dice el comunicado.
El hecho de que la comunidad internacional se niegue a condenar los ataques terroristas perpetrados contra los civiles sirios de la misma manera que los atentados en otros países, apuntó, "representa un doble rasero que pone en duda su compromiso de erradicar el terrorismo" en el mundo.
El Ministerio ruso señala que este doble rasero "provoca a los terroristas a perpetrar más crímenes sangrientos y reduce la eficacia de las acciones encaminadas a separar la oposición armada siria y Daesh (autodenominado Estado Islámico) y Frente al Nusra", grupos terroristas ambos prohibidos en Rusia.
"Instamos a todos los socios a examinar las cuestiones de la lucha antiterrorista, en Siria o en otros países, como prioritarias", considerando "las consecuencias trágicas y destructivas que puede causar la tolerancia a este mal universal".
Más tarde se produjo otro ataque suicida en un restaurante del barrio de Al Rabua, a tres kilómetros del lugar de la primera explosión, provocando una veintena de heridos, según informó a Sputnik una fuente en los servicios de seguridad sirios.
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Estos dos ataques ocurrieron en la capital siria en menos de una semana tras el atentado del sábado, en el que varios kamikazes atentaron contra una multitud de peregrinos cerca de un cementerio chií en Damasco, matando al menos a 74 personas e hiriendo a otras 120, entre ellas los ciudadanos de Irak e Irán, civiles sirios, mujeres y menores.