"Su grupo observó que cerca de los árboles del bosque había ciertos tipos de telas de araña en el piso, pero cuando se alejaba había otro tipo de telas de araña. O sea, había un contraste. Su pregunta fue cómo variaba la forma de las telas de araña a medida que se alejaban del bosque. Hicieron sus análisis y muestreos y vieron que la cantidad de formas era increíble", ejemplificó Machín al programa radial 'Big Bang' de Sputnik.
A su juicio, la investigación en campo en los propios patios de la escuela dinamiza las clases y motiva a los alumnos, lo que resulta en el fomento de una nueva generación de "masa crítica". Además, el biólogo consideró que los estudiantes "empiezan a mirar a su entorno de otra forma", cuestionando los cambios y la capacidad que el ser humano tiene de "llegar a interferir" en ello. Machín también compartió su experiencia con los niños y su asombro al percibir cómo se involucran inmediatamente con las tareas propuestas.
"Enseguida salen al patio a hacer sus preguntas y encuentran los contrastes. En las escuelas con huertas rápidamente se dan cuenta de que al lado de la sombra las plantas crecen de una forma y del lado del sol, de otra. Empiezan a medir las hojas y se preguntan por qué [hay] ese contraste de sol y sombra y empiezan a salir temas de biología, de física. Yo no dejo de maravillarme cuando personas nuevas se acercan y me doy cuenta que motivan a los niños. La ecología es un disparador para las demás disciplinas, investigar empieza a despertar algunas cabecitas que están un poco dormidas", analizó.
"Es una alternativa del método hipotético deductivo que usa la ciencia. Este es un poco más sencillo, es muy amigable con todas las personas. Los niños pueden perfectamente hacer ciencia sin ninguna traba, sin estar dándole vueltas al método tradicional que tantos miedos da. El método hipotético deductivo tiene una cantidad de pasos, hay hipótesis que se aceptan o se rechazan y a veces eso confunde un poco", explicó Machín.
El docente se dedica a brindar talleres de capacitación para que maestros y profesores puedan replicar el método alternativo entre sus alumnos. Básicamente, dicha metodología se concentra en tres pasos: una pregunta, sobre la cual se trabaja "cómo se hace realmente un pregunta para investigar"; la acción, "que es cuando uno va al campo en busca de datos"; y, finalmente, la reflexión.
"Después que uno recoge sus datos y los analiza, entonces ahí reflexiona. El ciclo termina con la reflexión y puede volver a empezar. Es lo que uno va haciendo, como una casita de ciencia, un ladrillito tras el otro hasta que termina de hacer una casita sobre ese tema y puede empezar a hacer otra o agregarle un piso a la misma. Más que nada esto es hacer ciencia", concluyó el biólogo.