"Todo lo que sucedió en Rusia desestabilizó la comunidad deportiva internacional", señaló el alto funcionario.
Según expresó Niggli durante el simposio anual de la WADA, "nadie se alegra de ello, esta es la realidad que tenemos".
Niggli defendió que "es necesario intensificar el trabajo con informantes, debemos revisar el programa de acreditación de los laboratorios, debemos desarrollar (la base de datos antidopaje) ADAMS, revisar la estructura de dirección de nuestra agencia".
Además, la WADA desarrollará las investigaciones de la agencia, consideradas de importancia clave por el director de la entidad.
"El desarrollo de las investigaciones es clave para la WADA", aseveró.
Según Niggli, "las investigaciones de Pound y McLaren demostraron que esta es una parte muy importante de la lucha contra el dopaje".
"Nuestro departamento de investigaciones, encabezado por Gunter Younger, ya se amplió de dos a seis personas y en el futuro reforzaremos esta dirección, habrá más investigaciones", advirtió.
El director de la WADA también calificó de "alentadoras" las palabras recientes del presidente de Rusia, Vladímir Putin, quien admitió el pasado 1 de marzo que "el sistema de control de dopaje no funcionó" y señaló que el país asumía las responsabilidades.
"Claramente estamos inspirados por las recientes palabras de Vladímir Putin, vemos que la conciencia cambia en Rusia, observamos una actitud totalmente diferente al respecto", dijo.
Para Niggli, es importante que Vitali Mutkó abandonase la cartera de ministro de Deporte de Rusia y que Yuri Nagornij y Natalia Zhelánova tampoco continuasen trabajando en dicha entidad.
El alto funcionario señaló la importancia de que en Rusia trabajen dos expertos de la entidad, que "un miembro del Consejo de Europa ingresó en la directiva de RUSADA".
"Es importante que Vitali Mutkó ya no es ministro de Deporte, que Yuri Nagornij y Zhelánova ya no trabajan en el Ministerio de Deporte, es importante que en 2016 la UKAD realizó en Rusia un programa de pruebas de calidad", señaló.
El abogado canadiense Richard McLaren publicó el 18 de julio de 2016, a menos de 20 días del inicio de los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro, la primera parte de su informe en el que involucró al Estado ruso en un presunto programa de dopaje.
Sin embargo, el COI autorizó finalmente la participación de casi 300 de los 389 atletas rusos que pretendían competir.
En cambio, el Comité Paralímpico Internacional bloqueó la participación de Rusia en los Juegos Paralímpicos de Río.
El 9 de diciembre de 2016, McLaren fue más allá y acusó esta vez a más de 1.000 atletas rusos de estar supuestamente implicados en las manipulaciones de las pruebas de dopaje o beneficiarse de las mismas.
Tanto el Ministerio de Deporte ruso como el Kremlin rechazaron en ese entonces todas las acusaciones por "infundadas".
La reacción negativa del COI al polémico informe del canadiense, dijeron otras autoridades locales, confirma que estaba politizado.
Desde el Ministerio ruso de Exteriores subrayaron que el informe McLaren y la suspensión de los atletas rusos causaron daño al movimiento paralímpico y al deporte en general.