El 7 de marzo, WikiLeaks publicó una serie de documentos que revelaron que la CIA puede vigilar a cualquier persona a través de los televisores que tienen conexión a internet.
Nadie dudaba de que EEUU y otros países pudieran aprovecharse de esta nueva 'conectividad' de los televisores y escuchar así las conversaciones de sus propietarios.
Sin embargo, estas revelaciones han puesto sobre la mesa un gran problema que está relacionado con el cifrado —el sistema que permite proteger nuestros dispositivos electrónicos de los ataques cibernéticos con ayuda de una determinada clave—, escribe el periodista británico en su artículo para el diario The Guardian.
Timm considera que las recientes filtraciones de WikiLeaks consiguieron demostrar que actualmente este método de protección de la privacidad ya no es eficaz.
Para probar su versión, Timm cita las palabras del director del 'think tank' Atlantic Council, Jason Healey, que en una entrevista con la revista Wired Magazine declaró que "es posible que el equipo de herramientas utilizado por la CIA actualmente incluya el mayor número de ataques de día cero. Si la CIA los hace en abundancia, podemos suponer que la Agencia de Seguridad Nacional los hace aún más".
Los ataques de día cero son programas malignos o 'malware' contra los cuales aún no han sido elaborados mecanismos eficaces de protección por parte de los usuarios o del propio fabricante del producto atacado.
A este respecto, la opinión del periodista coincide con la de varios grupos de activistas que durante años han estado pidiendo que los servicios de inteligencia estadounidenses revelen las vulnerabilidades de los dispositivos electrónicos a las compañías tecnológicas y no guarden esta valiosa información en secreto.
"Las agencias de inteligencia tienen que ayudar a hacer que los dispositivos que utilizamos diariamente sean más seguros y no al revés", concluye Timm.
