Sin embargo, los autores de un nuevo documental sobre el incidente afirman que la supuesta nave extraterrestre podría haber sido en realidad un prototipo secreto de los nazis, informa Metro.
Los defensores de la idea de que los platillos volantes son de origen nazi afirman que los alemanes establecieron una base subterránea en Nueva Suabia —la Antártida— después de la Segunda Guerra Mundial para continuar con su estrategia de dominio mundial en secreto. Durante la contienda, los nazis estuvieron experimentando con nuevas tecnologías, incluidas algunas semejantes a este tipo de naves espaciales.
De ahí que haya quienes defiendan que antiguos nazis trabajaron con la CIA y el complejo militar-industrial estadounidense para crear vastas bases subterráneas en Dulce (Nuevo México), Área 51 (Nevada) y Camp Hero (Long Island), entre otros lugares.