La organización de los Juegos utilizó estos espacios durante nueve meses —allí se realizaron las ceremonias de apertura y clausura, por ejemplo— y se había comprometido a devolverlos a la empresa concesionaria en el mismo estado en que los había encontrado.
Ahora, la Justicia a través de un juzgado de Brasilia obliga al comité Río 2016 a realizar los arreglos en un plazo máximo de 30 días, bajo amenaza de una multa diaria de 100.000 reales (32.000 dólares).
El portavoz de Río 2016, Mário Andrada, aseguró que la organización presentará un plan de trabajo durante esta semana y que los trabajos serán concluidos antes de que termine este mes de marzo.
En su opinión se trata de "reparaciones pequeñas" por valor de 505.000 reales (162.000 dólares), que incluye el cambio de bombillas, cristales, pintar el interior del estadio, etc.
El "impasse" creado entre el recurso de la concesionaria y la decisión de la Justicia dejó el estadio de Maracaná abandonado durante meses, puesto que nadie quería asumir su gestión en el estado en que se encontraba.