La moda de la gordura
Tras la revolución de 1917, la recién nacida Unión Soviética todavía tenía pocas fuerzas y muchos habitantes del país estaban golpeados por el hambre.
Cuando la economía empezó a recuperarse, la sana gordura femenina se puso muy de moda. Las ciudadanas soviéticas debían tener una apariencia floreciente, con brazos y piernas fuertes, así como grandes caderas maternales. La mujer de la URSS necesitaba mucha fuerza para trabajar en la fábrica, en la granja y dar a luz a niños sanos.
La delgadez se percibía como síntoma de enfermedad y se consideraba fea.
Bellezas rubias
En los años 30 se puso de moda entre las féminas teñirse el pelo de rubio. Muchas soviéticas querían parecerse a la actriz Liubov Orlova, muy popular entonces en el país.
No había muchos tintes en las tiendas soviéticas, de manera que las damas se teñían el pelo de rubio con agua oxigenada.
Los hombres bromeaban: "Nada hace tan bella a una mujer como el agua oxigenada".
Años de posguerra
Tras la Segunda Guerra Mundial, el país tuvo que enfrentarse a muchos problemas, como la destrucción y la malnutrición. Al igual que después de la revolución, una década más tarde, en la URSS se estableció el culto al cuerpo obrero y campesino fornido. La mujer ideal era fuerte, musculosa y estaba lista para sacar del fuego a un soldado herido.
Cambios radicales
En los años 60 y 70 comenzaron a aparecer mujeres delgadas y esbeltas en la Unión Soviética, aunque todavía no representaban el canon de la belleza.
Un cambio radical se produjo en los 80. En la URSS salió a la venta la revista de moda Burda-Moden, que originó nuevas tendencias en la belleza femenina. En 1988, se celebró el primer concurso de belleza en la Unión Soviética y, a partir de entonces, arrancó la carrera por la delgadez. Una mujer alta, espigada y de piernas interminables se convirtió en referencia para millones de chicas soviéticas.