"La situación sobre el terreno no ha cambiado en cuanto a los factores de riesgo, aunque las violaciones del cese del fuego se han reducido en número", afirmó Hug.
El representante de la OSCE agregó que "los factores de riesgo no se han abordado adecuadamente".
"Las armas pesadas siguen ahí, las vemos todos los días, las escuchamos todos los días", dijo.
"Así que el riesgo de un nuevo estallido (de la violencia) está claramente allí y no se puede excluir", resumió el observador suizo.
Para reducir la tensión, a juicio de Hug, es necesario retirar las armas pesadas de la línea de contacto según lo acordado, poner distancia entre las partes y asegurar que se abstengan de avanzar.
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A finales de enero pasado, las milicias de Donbás y las fuerzas ucranianas se acusaron de provocar una escalada del conflicto con un notable incremento de ataques en varias áreas, en particular, Avdéevka, una localidad de la periferia de Donetsk que está controlada por militares ucranianos, y Yasinovátaya, bajo control de las milicias.
Ucrania continúa desde abril de 2014 una operación militar en varias áreas de las regiones de Donetsk y Lugansk donde se proclamaron repúblicas populares en respuesta al violento cambio de régimen ocurrido en Kiev en febrero del mismo año.
Los acuerdos de Minsk, suscritos en septiembre de 2014 y en febrero de 2015, sentaron las bases para una solución política del conflicto pero no han derivado hasta ahora en el cese de la violencia cuyo resultado la ONU estima en más de 10.000 muertos y más de 22.700 heridos.