"Me preguntaron por qué no fui al Sambódromo; no fui porque en mi caso sería demagogia, y los maleficios de la demagogia en la vida pública son extensos", dijo.
También se negó a entregar las llaves de la ciudad al Rey Momo —el rey del carnaval—, el acto que tradicionalmente marca el inicio de la semana de festejos.
El alcalde pidió autorización a la Cámara Municipal para poder viajar fuera de Río durante el Carnaval, aunque finalmente permaneció en la ciudad, pero sin participar en los eventos públicos.
"La demagogia afecta a los buenos que se dejan engañar (…) acaba dominando a los propios demagogos que crean para su uso una segunda naturaleza y así prometen, engañan, sonríen y disimulan con la más conmovedora naturalidad", se justificó el alcalde.
Sin embargo, subrayó que aunque "no hizo demagogia en carnaval" estuvo atento y preocupado con el trabajo de los empleados municipales.
Además, informó que se reunió para adoptar medidas que eviten accidentes en los próximos desfiles de las escuelas de samba, varias carrozas tuvieron problemas y dejaron decenas de heridos, algunos de los cuales siguen hospitalizados.
"La demagogia es la máscara de la democracia, y el pueblo de Río rechaza a un alcalde con máscara, incluso en carnaval", finalizó Crivella en la nota.