"Somos 200 integrantes, por lo que la Intercontinental Poopó de Oruro que no solo es la más numerosa sino la más cotizada del Carnaval", dijo a Sputnik Javier Gonzales que desde hace treinta años toca el bombo, como lo hiciera su padre en el 1964 cuando se fundó la agrupación.
Sin embargo, en la actualidad cuenta con 200 integrantes y trasciende las fronteras de Bolivia realizando giras por México, Estados Unidos y Europa.
"Mi padre era uno de los fundadores y a medida que han pasado los años ha ido creciendo la banda hasta llegar a 200 componentes, aquí trabaja casi toda mi familia", dijo Gonzales.
Gonzales cuenta que el 4 de enero de 1964 se creó la agrupación con el nombre de Provincial Poopó para luego convertirse en la Espectacular Poopó, más tarde la Internacional Poopó hasta llegar a ser la banda "Intercontinental".
Las tarifas de la banda varían según la festividad y el lugar en que son requeridos.
Abel Gonzales, hermano de Javier, es el compositor de las morenadas que son exclusivas de la banda.
La Morenada es la danza que representa la marcha de los esclavos negros hacia las minas de plata en tiempo de la colonia, aunque algunos investigadores consideran que se trata de un baile lacustre típico del altiplano.
El gran número de integrantes le ha permitido a la banda dividirse en dos para acompañar con sus acordes de trompetas, clarinetes, trombones, bombos y platillos a más de mil danzarines de dos fraternidades de Oruro: la Morenada Central y la tradicional Diablada Ferroviaria; dos íconos de la entrada del Carnaval que se vive año tras año en esta ciudad boliviana.
La agrupación ha incorporado a su indumentaria el "guardatojo" (el casco de minero), como un símbolo de los trabajadores mineros del estaño en Oruro, por "ser parte de la identidad", aseguró Gonzales.
#Bolivia articula su diversidad cultural y religiosa en el #carnaval https://t.co/fqG8WWpl4A
— Sputnik Mundo (@SputnikMundo) 10 февраля 2017 г.
Pero los músicos de la Banda Intercontinental Poopó no solo son hábiles intérpretes, sino verdaderos acróbatas y danzarines que se desplazan al compás de la música haciendo piruetas en el aire, pirámides de bombos desde el suelo o quiebres musicales que desbordan en los aplausos del público.
"Hoy, las bandas se han convertido en un espectáculo más del Carnaval", atinó a decir el músico que, a sus 55 años, carga un pesado bombo que marca los tiempos y los momentos claves de la banda.
El Carnaval de Oruro (sudoeste) por su parte, es la expresión cultural y religiosa más importante de Bolivia y en 2001 fue declarado por la Unesco como "Obra Maestra del Patrimonio Oral e Intangible de la Humanidad".