"Los distintos estamos juntos en la fiesta, todos nos unimos y nos conectamos en el marco de una fe devocional", afirmó.
Aruquipa, junto al movimiento gay y travesti en Bolivia que reúne a unos 5.000 activistas, se ha organizado para ser parte de una de las danzas del carnaval de Oruro, la Kullawada, que representa a los hilanderos del Altiplano, pero que también es llamada "la danza del amor".
Kullawada Virgen del Socavon en el aniversario de la ciudad del pagador ORURO. pic.twitter.com/JdPPToOLfe
— @OrureñoDeBayres (@orudbayres) 14 de febrero de 2017
Según Aruquipa, la presencia gay en la fiesta carnavalera no es nueva y, desde ese espacio cultural, adquirió visibilidad.
"El bloque Candelaria debuta este año (2017) y está formado por activistas, gestores culturales y gente amante del folklore, entre ellos muchos homosexuales", señaló Aruquipa.
En los años 60, grupos de travestis y gays se hicieron famosos en la entrada del carnaval de Oruro y crearon personajes como la "China Morena" que marcaron época y el rumbo de una población que no estaba dispuesta a seguir invisible.
"La fiesta se torna en este escenario político de reivindicación de derechos, de visibilidad pública y a la vez de reconocimiento por su aporte al desarrollo de la danza", afirmó.
Uno de los aportes provocativos del movimiento gay fue precisamente en la danza de la Kullawada con la "feminización" de uno de sus personajes centrales, el "Wapuri" que —hasta la incursión travesti— era considerado el líder y el macho al que seguía la tropa de danzantes hilanderos.
"Ha sido una osadía feminizar a este personaje y presentarlo como el "Wapuri galán", que representa la diversidad sexual", dijo Aruquipa.
"Todo tiene su significado, los corsés, los volados de las mangas de los trajes, los colores del arcoíris que son los colores de la paz, de la nueva esperanza, de las tormentas, pero además son también los colores que utiliza el movimiento homosexual en el mundo", apuntó.
Para la población homosexual en Bolivia bailar en el carnaval de Oruro ha sido "entrar en las venas más profundas que tiene un pueblo para dialogar desde su diferencia", dijo Aruquipa.
El carnaval de Oruro, ciudad del sudoeste de Bolivia, fue declarado en 2001 Patrimonio Cultural e Intangible de la Humanidad por la Unesco.