Dado que la mutacion se transmite hereditariamente, descubrieron que tanto la joven como su padre —que nunca se había sentido mal por ese motivo- la compartían. Evidentemente, este caso captó la atención de los investigadores que querían saber, ¿Qué protegía la sangre del hombre?
Para sorpresa de los científicos, era el humo del cigarrillo, o más bien, el monóxido de carbono, el que tiene un efecto beneficioso al ser tomado selectivamente por la proteína mutante, evitando de este modo que se desnaturalice la hemoglobina al contactar con el oxígeno.
"Es probable que nunca sea un atleta porque su sangre no puede transportar tanto oxígeno, pero fumar le ha impedido ser anémico", explica John Olson, quién encabezó el grupo de los investigadores.
Sin embargo, el estudio hace hincapié en que ello no significa que fumar sea beneficioso, ni que la joven con esa mutación tenga que empezar a fumar, sino que simplemente puede tomar antioxidantes.