Femida es el nombre de la divinidad romana de la justicia, que se presenta con los ojos vendados y sosteniendo en una mano una balanza y en otra una espada.
El galardón es considerado el Premio Nobel de Rusia y solo muy recientemente empezó a concederse a extranjeros.
Entre los galardonados suelen encontrarse personalidades del ámbito legal, los derechos humanos, la religión y la cultura, ente otros.
Una vez liberado, Murro se empleó en la industria de la madera y allí empezó su actividad sindical para convertirse rápidamente en dirigente.
En 1992 pasó a integrar el directorio del Banco de Previsión Social (BPS) y a partir de entonces su trabajo estaría fuertemente enfocado a los derechos de los trabajadores a la seguridad social y a los asuntos previsionales.
Fue uno de los redactores en 2001 de la Resolución sobre Seguridad Social de la Organización Internacional del Trabajo y ha escrito informes y manuales sobre el tema y asesorado a organizaciones y gobiernos de distintos lugares del mundo.
En estos años siguió desarrollando labores de docencia en protección social y laboral, migración, convenios multilaterales y bilaterales de seguridad social y administración pública.
Murro tiene una larga relación con Rusia, país al que viajó por primera vez en 1986 como sindicalista y al que ha vuelto muchas veces.
El ministro dice que su “respeto por el pueblo ruso comenzó a partir de nuestra admiración por su lucha contra el nazismo”.
Mientras presidió el BPS encabezó diversas actividades con instituciones de Rusia y de la Comunidad de Estados Independientes, los países bálticos y de Europa Oriental, en particular con fondos de pensiones.
La ceremonia de los premios Femida se desarrolló mientras estaba en Moscú de visita oficial el presidente de Uruguay, Tabaré Vázquez, con buena parte de su gabinete; y acudió a recibir el galardón a nombre de Murro el canciller Rodolfo Nin Novoa.
"Fue un hecho relevante que el canciller Nin Novoa recibiera en nombre del país este reconocimiento", comentó Murro.
En 2016, fue galardonada con el Premio Femida la monja carmelita Agnes Mariam de la Croix por su trabajo en Siria.