"En cuanto a las probables elecciones, considero inoportuno plantearlo", dijo durante una conversación sostenida con los periodistas en Lvov, que se transmitió por el canal de televisión 112 Ukraína.
Estas palabras indignaron mucho a los diputados de la Rada que emitieron un comunicado señalando que esta declaración "contradice los acuerdos de Minsk".
Además, el embajador fue citado al Ministerio de Exteriores ucraniano.
Más tarde el presidente de Ucrania, Petró Poroshenko, dijo que cree imposible celebrar las elecciones en Donbás conforme al guion expuesto por Reichel.
El Ministerio de Defensa de Rusia a su vez afirmó en numerosas ocasiones que no suministra material de guerra a los milicianos de Donbás.
El canciller ruso, Serguéi Lavrov, dijo que las denuncias de la presencia de militares rusos en Donbás son infundadas y que hasta la fecha nadie pudo aducir pruebas concretas de eso.
Agregó que la Rada Suprema de Ucrania apoyaría la ley marcial, en caso de que la misma fuese anunciada por el Consejo de Seguridad Nacional y Defensa y aprobada por el presidente del país, Petró Poroshenko.
"Considero que la ley marcial debe aprobarse, debe ser decretada en todo el territorio de Ucrania (….) y creo que la Rada Suprema apoyará esa decisión sin ninguna vacilación", dijo el líder parlamentario.
El jefe de la Rada destacó que, de ser aprobada la ley marcial, cambiará al mismo tiempo todo el sistema gubernamental de Ucrania.
A finales de enero, las milicias de Donbás y los militares ucranianos denunciaron un agravamiento del conflicto en el este del país, con un fuerte incremento de los intercambios de disparos.
Entre las localidades más afectadas se encuentran Avdéevka, ubicada en la provincia de Donetsk y controlada por las fuerzas de Kiev, y Yasinovátaya, bajo control de las milicias de Donetsk, según confirmó la misión de la OSCE en Ucrania.
Al mismo tiempo, el Ministerio de Defensa de Ucrania declaró oficialmente que sus fuerzas "paso a paso, lograron avanzar heroicamente", algo que los expertos catalogan de violación de los acuerdos de Minsk.
Ucrania continúa desde abril de 2014 una operación militar en varias áreas de las regiones de Donetsk y Lugansk donde se proclamaron repúblicas populares en respuesta al violento cambio de régimen ocurrido en Kiev en febrero del mismo año.
Los acuerdos de Minsk, suscritos en septiembre de 2014 y en febrero de 2015, sentaron las bases para una solución política del conflicto pero no han derivado hasta ahora en el cese de la violencia, cuyo resultado la ONU estima en más de 10.000 muertos y más de 22.700 heridos.