La jefa del partido opositor ucraniano Batkivschina, Yulia Timoshenko, planteó esta posibilidad, Klimkin a su vez no descartó la posibilidad de dar tal paso.
"El tema se debatió en más de una ocasión en los aspectos jurídico y de seguridad (…), si la situación lo exige, eso se hará muy rápido", afirmó el canciller.
A partir de finales de enero las milicias y el Ejército de Ucrania se acusan del empeoramiento de la situación.
Se declaró el estado de emergencia en la localidad de Avdéevka, controlada por los militares ucranianos, que vivió durante una semana sin agua, luz y calefacción.
Los habitantes de Yasinovátaya, localidad al sur de Donetsk controlada por los milicianos, sufrió la misma situación, según datos de la OSCE.
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La autoproclamada República Popular de Donetsk denunció que su territorio, por primera vez en los últimos dos años, sufrió un bombardeo masivo con lanzacohetes múltiples Grad y Uragán.
Al comentarlo, el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, señaló que esta declaración confirma que las Fuerzas Armadas de Ucrania sostienen una la ofensiva, con lo que violan los acuerdos de Minsk.
Ucrania continúa desde abril de 2014 una operación militar en varias áreas de las regiones de Donetsk y Lugansk donde se proclamaron repúblicas populares en respuesta al violento cambio de régimen ocurrido en Kiev en febrero del mismo año.
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Los acuerdos de Minsk, suscritos en septiembre de 2014 y en febrero de 2015, sentaron las bases para una solución política del conflicto pero no han derivado hasta ahora en el cese de la violencia cuyo resultado la ONU estima en más de 10.000 muertos y más de 22.700 heridos.
