"Esperamos que este proyecto despierte mucho interés internacional y atraiga a turistas extranjeros y rusos", en particular, de EEUU, Francia y Gran Bretaña, dijo Mercer al reunirse con las autoridades de la península.
Su colega, Neil Faulkner, anunció la disposición de la Universidad de Bristol de cooperar con historiadores de Crimea en este proyecto e intercambiar exposiciones de objetos arqueológicos.
El jefe del comité para turismo y balnearios del Parlamento de Crimea, Alexéi Cherniak, al dirigirse a los delegados británicos, dijo: "Esperaremos de ustedes propuestas más concretas y por nuestra parte les prestaremos toda la ayuda necesaria, incluida la financiación de esta actividad".
Según arqueólogos británicos, se podría empezar las excavaciones aproximadamente dentro de un año, tras obtener todas las autorizaciones y preparar la base técnico-material, primero se llevarían a cabo en la bahía de Balaclava, donde desembarcó la tropa británica durante la Guerra de Crimea.
La Guerra de Crimea de 1853 a 1856 fue un conflicto entre el Imperio Ruso, por una parte, y la coalición integrada por los Imperios Británico, Francés y Otomano y el Reino de Cerdeña, por la otra, durante el cual los combates más encarnizados se libraron en Crimea.
"Casi en toda ciudad británica hay calles llamadas Alma, Inkerman y Balaclava (como las de Sebastopol), si usted pregunta a la gente qué significan estos nombres, dirá que no sabe, pero si le pregunta sobre un ataque de la caballería inglesa en el que en 17 minutos murieron 100 jinetes, cada niño dirá que está al tanto de esa tragedia nacional", agregó Mercer.
Según los historiadores, los británicos perdieron hasta 600 soldados en aquel fallido ataque.