"Son realidades distintas las que se viven en el carnaval, uno es el carnaval urbano donde prima el derroche la farándula y otro el rural, donde la fiesta está relaciona con la cosecha, la fertilidad y la música", afirma el maestro.
Además, explica que uno de los carnavales de profunda raíces andinas que tiene Bolivia es el de La Paz, donde las tradiciones rurales se fusionan con lo urbano en el baile y la música, así como también en rituales como la "challa", una ofrenda que se realiza a la Madre Tierra.
Asimismo, aclara que en Bolivia el carnaval no es uno solo y esto se expresa en la diversidad musical de cada región, en las letras de sus canciones que, en el caso de los valles, llevan a la burla y coqueteo al mismo tiempo.
"Son las llamadas coplas que hacen alusión a las virtudes físicas de hombres y mujeres, muchas ofensivas", explica el director de Música de Maestros.
Los personajes
El carnaval de La Paz se caracteriza por la presencia de dos personajes que emergen en medio de la música y la muchedumbre.
"Este, como otros personajes carnavalescos, son herencia de la colonia española", aclara.
Otros de los personajes propios de la región occidental es el llamado Chuta, que adaptó el traje del "torero español" para convertirse en una celebridad folclórica andina que danza al compás de la música llevando de la mano a dos cholas (mujeres de pollera) haciendo gala de un marcado machismo.
Por otro lado, Encinas describió al carnaval del oriente boliviano como una fiesta con fuerte influencia brasileña.
"En Santa Cruz, el carnaval es un verdadero carnaval", señala y agrega que allí "se arman carros alegóricos muy similares a los de Río de Janeiro donde aparecen bellas mujeres orientales".
Oruro
El Carnaval de Oruro (sudoeste) por su parte es la expresión cultural y religiosa más importante de Bolivia.
"Se trata de una de las fiestas patronales más ricas del país, por la capacidad que ha tenido de aglutinar a una cantidad importante de sectores en términos devocionales ante la Virgen del Socavón", cuenta el investigador orureño, Edwin Guzmán.
Además, explica que la famosa "entrada folklórica de Oruro" si bien es una fiesta carnavalesca, al mismo tiempo es religiosa y recupera los mitos y cosmovisiones del mundo andino.
Añade que en el carnaval orureño se pueden identificar con claridad la presencia de las culturas Uru, Aymara y Quechua mezcladas con "nuevos símbolos y códigos de pertenecen al mundo moderno".
Guzmán destaca que una de las danzas típicas que del carnaval de Oruro es la Diablada, que una gigantesca comparsa se diablos que irrumpe bailando para la Virgen del Socavón, la patrona de los mineros.
"Uno de los grupos más tradicionales, que rescata mitos y tradiciones es la Diablada, que reconoce al diablo como una expresión más católica y española, pero en el inconsciente cultural está vinculado al Tío de la mina, (la deidad creada por los mineros al interior de las minas) y la presencia de Huari que es una de las diosas más profundas de la cultura tradicional Uru y andina", explica el investigador.
La diversidad de ritmos y derroche musical van de la mano con el colorido ya creatividad de los disfraces de las múltiples danzas que se apoderan del carnaval boliviano.
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