El aerostato voló a una altura de 190 a 300 metros y a una velocidad de entre 10 y 40 kilómetros por hora, en función del viento.
La segunda noche del viaje, del miércoles al jueves, fue bastante complicada: la bolsa del aerostato de 10.000 metros cúbicos se congeló, lo que aumentó su peso y, como consecuencia, el consumo del combustible.
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El récord anterior —50 horas y 38 minutos— duró dos décadas. Lo establecieron en febrero de 1997 los japoneses Michio Kanda e Hirazuki Takezava que volaron en un globo de aire caliente de Canadá a EEUU.
Fiódor Kóniujov, a sus 65 años, es un viajero legendario que alcanzó los dos polos de la Tierra y la cima del monte Everest, dio la vuelta al mundo en más de una ocasión y cruzó el Atlántico en un bote de remos.
Se propone entre otras hazañas subir a la estratosfera, alcanzando la altura máxima para los globos, y sumergirse en la Fosa de las Marianas, a casi 11.000 metros en el Pacífico.
Iván Meniailo es un treintañero pero ya se considera uno de los pilotos de aerostatos más reputados de Rusia.