Las esculturas son parte de un proyecto dirigido por la comunidad de buzos en el país para proteger el ambiente marino, así como para la enseñanza de buceo.
Las esculturas están hechas de un centenar de piezas de granito con varios huecos y grietas para alentar a las criaturas marinas a refugiarse. Es parte de un esfuerzo para preservar los arrecifes de coral naturales en el Mar Rojo y atraer la atención de los buceadores hacia lugares alternativos.