"Muchas de nuestras tradiciones se rescatan a través de la Tapati, que en sus inicios se pensó como una manera de reforzar, mantener y proyectar en el tiempo la cultura Rapa Nui, para que las futuras generaciones conserven sus costumbres", señala a Sputnik el presidente de la Cámara de Comercio y Turismo de la Isla, Edgard Hereveri.
La Tapati Rapa Nui, que español sería Semana de Rapa Nui, comenzó en 1968 como un encuentro entre pascuenses, pero ahora "se abre a la comunidad local, a extranjeros residentes y a los miles de turistas que visitan la Isla", para así mantener "la cultura viva".
El además dueño del hotel Vai Moana, afirma que durante las dos primeras semanas de febrero, en las que anualmente se lleva a cabo este festejo, "el turismo alcanza su pick, duplicando la población de casi 7.000 habitantes a 15.000".
La celebración se centra en la elección de una reina local, donde compiten dos candidatas que representan a las 36 familias pascuenses, que participan en actividades musicales, artísticas, culturales y deportivas, como la caza submarina, entre otras.
Los isleños se dividen en dos clanes con el fin de competir entre sí y sumar puntos a su elegida, que finalmente será votada por un consejo de ancianos, para ejercer el reinado por un año y ser "una embajadora" de la comunidad Rapa Nui en su zona y el exterior.
Según cuenta la historia, las familias que hoy ocupan la Isla descienden de los 111 nativos que sobrevivieron a los años de esclavitud, matanza, destierro y epidemias que acabaron con más de 10.000 insulares en el siglo XIX, producto de la colonización del territorio.
Lo anterior, significó además la pérdida de ritos y cultos a sus dioses que la etnia Rapa Nui intenta resucitar, a través de prácticas como el Tau"a, donde a modo de triatlón los jóvenes hacen canotaje, natación y corridas en las laderas del volcán Rano Raraku, conocido también como "la cantera de los moais".
Sobresalen también iniciativas como el torneo de pintura corporal con pigmentos naturales o Takona, los desfiles de cuerpos pintados, el deslizamiento de hasta 80 kilómetros de velocidad por las pendientes del cerro Pu"i en troncos de plátanos, y muchas otras donde se baila, confecciona, come, canta y juega al estilo Rapa Nui.
La fiesta que es organizada por la Municipalidad de la Isla, pero levantada en su totalidad por los habitantes, atrae a miles de extranjeros que además de explorar los vestigios arqueológicos, "quieren vacacionar, estar en familia, arrendar cabañas y convivir en las casas de los mismos Rapa Nui que los reciben", indicó el empresario.
Este año, las autoridades de la Isla decidieron iniciar una campaña de recolección de recursos durante los días de la festividad, hasta el próximo 12 de febrero, para ayudar a los damnificados por los incendios forestales que afectaron a las regiones del centro sur del país.
La Tapati, que celebra su versión 49, ha permitido transportar al presente las costumbres, idioma e identidad de los antepasados Rapa Nui, y "dar un espacio a los nuevos talentos" que surgen de esta porción de tierra, ubicada a 3.700 kilómetros del continente americano, en el "ombligo" del océano Pacífico.
