"Exigimos al Gobierno español la ruptura de relaciones diplomáticas entre Madrid y Kiev", dijo a Sputnik la activista Ángeles Maestro, portavoz del Foro Contra la Guerra Imperialista y la OTAN, plataforma convocante de las protestas.
La manifestación fue convocada por esta plataforma como reacción a los últimos movimientos del "ejército y las milicias fascistas del régimen golpista de Ucrania", que a su modo de ver "han desencadenado una operación de castigo contra la población civil de Donbás, violando los acuerdos de Minsk de no utilización de armamento pesado".
Los asistentes a la concentración acudieron a manifestarse con carteles que contenían imágenes de edificios en ruinas a causa de los impactos de la artillería del ejército ucraniano en diversas zonas del este de Ucrania.
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Durante la manifestación, los asistentes lanzaron proclamas como "fuera fascismo del Donbás ", "OTAN no, bases fuera" o " Donbás vencerá".
"Expresamos nuestra solidaridad internacionalista y antifascista con el Donbás, sobre todo siendo conscientes de que Madrid tiene una deuda con los jóvenes ucranianos que vinieron a luchar a España en la Guerra Civil", afirmó Ángeles Maestro.
La portavoz de la plataforma convocante leyó un manifiesto ante los asistentes en el que recordaba que desde la madrugada del 2 de febrero se detectaron decenas de disparos de artillería pesada y de gran calibre en las repúblicas de Donetsk y Lugansk, lo que a su modo de ver viola los acuerdos de Minsk y debería servir de punto de inflexión para la puesta en marcha de acciones diplomáticas contra Kiev.
Además del cese de las relaciones diplomáticas con Ucrania, la plataforma exigió a España que ponga fin a "todo apoyo político o militar directo o indirecto, ya sea a través de la Unión Europea o de la OTAN, contra el Gobierno criminal de Kiev".
En opinión de los activistas, la actual "ofensiva fascista en Ucrania" tiene como uno de sus principales objetivos a la población civil, contra la que se aplica una "operación de castigo" que se encuentra de acuerdo con las políticas de "hostigamiento a la disidencia" auspiciada por "los sectores ultranacionalistas y que apoyan al presidente Poroshenko".
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Los acuerdos de Minsk, suscritos en septiembre de 2014 y en febrero de 2015, sentaron las bases para una solución política del conflicto pero no han derivado hasta ahora en el cese de la violencia cuyo resultado la ONU estima en más de 10.000 muertos y más de 22.700 heridos.