El Dr. Armando Fernández Steinko, profesor de la Universidad Complutense de Madrid, sostiene que "la 'carta kurda' ha sido la carta norteamericana desde hace tiempo. En esto hay una continuidad casi exacta entre el Gobierno de Obama y el de Trump. La 'carta kurda' persigue crear una suerte de protectorado, un espacio bajo influencia fundamentalmente norteamericana en Oriente Medio. No es necesario que se produzca un Estado independiente, pero sí una especie de lugar, como ya sucede en Irak, que le permita a EEUU tener presencia física militar, un aliado incondicional, como lo fue Bosnia en la ex Yugoslavia, afín a sus intereses para poder influir en esa zona del mundo".
El pasado 9 de diciembre el expresidente de EEUU Barack Obama levantó las restricciones para los suministros de armas, municiones y los equipos militares a la oposición moderada siria. Una decisión sobre la que en su momento, el canciller ruso Serguéi Lavrov advirtió del peligro que conllevaría, incluso para la propia aviación rusa, y que afectaría el diálogo ruso-estadounidense sobre Siria. Pero armar a los kurdos tiene otra 'víctima': Turquía.
Fernández Steinko opina que "esta política occidental está arrojando al presidente Recep Tayyip Erdogan a los brazos de Siria, de Rusia, de Irán, porque Turquía sería el 'gran perdedor'. Porque formar un protectorado occidentalizado fuertemente vinculado a los intereses de la OTAN, no sólo va a costa de Siria, y lo ha ido a costa de Irak, sino que también de Turquía, porque es obvio que Turquía tiene un problema con los kurdos".
"Esa es la carta que explicaría los cambios tectónicos que se están dando desde la caída de Alepo dentro de ese espacio en el mundo. Es decir, Turquía está reorientando su alianza hacia potencias que no están a favor de cuestionar la integridad territorial ni de Siria, ni de Irak, ni de Turquía", subraya el analista.
Por otra parte, Donald Trump anunció su intención de crear zonas de seguridad en Siria, cuyas autoridades afirmaron que cualquier intento de crear esas zonas en su país sin coordinarlo con Damasco, es ilegítimo y viola su soberanía. También desde Moscú sugirieron a la Casa Blanca calcular el posible impacto de la medida para no agravar la ya difícil situación humanitaria en Siria.
En este sentido, el Dr. Armando Fernández Steinko señala que "se trata de un capítulo más del intento de EEUU de desintegrar a Siria".
