El Baikal, ubicado en el sur de Siberia, es famoso por sus aguas muy claras —la mayor reserva natural de agua dulce del mundo—. En enero, cuando las temperaturas en la zona alcanzan 35 grados Celsius bajo cero, la superficie se cubre de una capa de hielo bastante gruesa que permite el transporte de vehículos de hasta unas toneladas de peso.
No obstante, el hielo es tan transparente que se ve con toda claridad hasta unas decenas de metros por debajo de la superficie.
El hielo del lago obtiene tiene varias formas: sokúi —olas heladas que se forman sobre las rocas costeras—, shugá —pedazos de hielo flotando en el agua— o shóroj que son agujas de hielo bajo el agua, entre otras.
El lago Baikal contiene la quinta parte del agua dulce de la Tierra, por lo que ha sido proclamado por la UNESCO como Patrimonio Natural de la Humanidad.