"Fue una grosería y un acto hostil", opina Hernández.
Según el Washington Post, además Trump reabrirá los llamados 'black sites', cárceles de ultramar ilegales donde se realizan interrogatorios bajo tortura. Fueron desmantelados por Barack Obama en 2009. Según el Washington Post existe ya el decreto que autoriza a la CIA a reabrirlos.
Según un documento de Parlamento Europeo: "Entre 2001 y 2005 los aviones de la CIA hicieron al menos 1.245 escalas en aeropuertos europeos llevando con frecuencia a bordo a sospechosos víctimas de 'desapariciones forzadas', conducidos ilegalmente hacia la cárcel de Guantánamo o hacia prisiones clandestinas. Cientos de vuelos de la CIA transportando detenidos ilegales aterrizaron en Bucarest, Bakú, El Cairo o Islamabad, pero también en Roma, Frankfurt, Glasgow o las islas Azores".
Otro tema de enorme preocupación es el acuerdo firmado en "sigilo y total opacidad" entre el Ministro de Defensa de Argentina y la Guardia Nacional de Georgia (EEUU) el pasado 13 de diciembre y que significa la presencia de una fuerza militar extranjera en territorio argentino sin autorización del Congreso. "Detrás de todo esto hay un mecanismo de penetración y de rearticulación de lo militar con una conexión con lo político muy fuerte que es necesario denunciar y frenar", advirtió el legislador Gabriel Fucks quien además recordó que este tipo de acuerdo debe pasar sí o sí por la aprobación en el Congreso. En América Latina ya hay 23 países que autorizan dicha presencia militar.
Por otra parte, se informó sobre los resultados de la reunión de la CELAC. Presidentes de países como México, Argentina, Brasil y Paraguay, con gobiernos obedientes a los dictados de Washington, boicotearon la V Cumbre que tuvo lugar en República Dominica donde se traspasó la presidencia pro tempore a Salvador Sánchez Cerén de El Salvador. En la cumbre, el cubano Raúl Castro dijo estar dispuesto a dialogar con su par norteamericano y reclamó el fin del bloqueo contra Cuba.
En este programa se habló además de los avances en la cumbre de Astaná para lograr la paz en Siria y de la guerra antinarco desatada en Filipinas por el presidente Rodrigo Duterte que se cobró 7.000 vidas en siete meses.