El escándalo estalló después de que en las habitaciones de los hoteles APA aparecieran libros en que se niega el hecho de esta masacre, cometida por los militares japoneses en 1937.
La compañía APA se negó a retirar esos folletos por orden de su presidente, Toshio Motoya, pese a las críticas por parte de Pekín.
En respuesta, el Departamento de Turismo de China instó a las agencias turísticas nacionales a dejar de cooperar con la red APA y a los ciudadanos, a hacer reservas en otros hoteles.
Un representante del comité organizador de los VIII Juegos Asiáticos de Invierno, que se celebrarán en febrero de 2017 en la ciudad japonesa de Sapporo, donde se encuentran dichos hoteles, informó a la agencia Xinhua que APA prometió retirar dichos libros de las habitaciones de los deportistas.
"Esperamos que Japón cumpla honestamente su promesa", dijo Hua Chunying, agregando que China le desea a Japón una exitosa celebración de estos Juegos.
Según la parte china, los militares nipones dieron muerte a unos 300.000 de sus habitantes durante 40 días, cometieron asesinatos en una forma atroz y violaron a miles de mujeres.
Tokio no niega el hecho de la masacre, pero da otra cifra de víctimas, al mismo tiempo varios historiadores y políticos japoneses insisten en que se trata de una falsificación que las autoridades chinas usan para presionar a Japón.
Tales declaraciones provocan una brusca reacción por parte de Pekín y a menudo sirven de pretexto para expresar protestas diplomáticas.