Sin embargo, para poder tener la oportunidad de entrenarse en este complejo deportivo, Baran tuvo que pasar por una confrontación burocrática con la Federación de Automovilismo y Motociclismo de Irán. De esta manera, gracias a sus esfuerzos, en la actualidad las mujeres también son bienvenidas en Azadi.
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Baran, nacida en la ciudad de Isfahán, compartió con Sputnik que se había enamorado del motocross desde que vio por primera vez una carrera en la tele.
"Durante un año y medio asistí a todas a las competiciones de motocross masculino", dijo la mujer que ya lleva cinco años practicando este deporte.
Aunque el camino hacia el motocross profesional no fue fácil para ella —la mujer se quebró en varias ocasiones los huesos y sufrió numerosas lesiones de rodilla y espalda—, Baran no lamenta haber elegido este deporte.
"Los sueños no se hacen realidad sin esfuerzo. Hay que trabajar mucho para que se cumplan", destacó.
Baran participa activamente en las competiciones de motocross en Irán. Asimismo, se está preparando para certámenes internacionales.
En un futuro próximo Baran tiene planeado convertirse en instructora profesional para las mujeres y explorar el mundo en su motocicleta.